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Josef Svoboda

 

Retrato de Josef Svoboda en los Años 40.Antes de apuntarse en el 1938 a la escuela para carpinteros de Praga y en consecuencia a la Academia de Arquitectura, Svoboda trabaja por un par de años en la carpintería de su padre, dónde desarrolla una pericia y un concepto artesanal que le será sucesivamente de gran ayuda.«Siempre estaré agradecido a mi padre que me obligó, a que llegara a ser escenógrafo, con el trabajo manual. [ ... ]Estoy convencido de que el teatro es la última obra artesanal de nuestro tiempo y del futuro.»Josef Svoboda, op.cit., páginas 18 y 19. Su actividad de escenógrafo la inicia en Praga en el 1943, y enseguida de deja influenciar por la tradición pictórica del siglo XIX, también influenciado del constructivismo ruso y de las teorías de Gordon Craig y Adolphe Appia, que lo llevarán a preferir el empleo de las formas, a los volúmenes arquitectónicos, del movimiento, a los efectos de la fototécnica.
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Los cuentos de Hoffman, producción del 1946 del Teatro del 5 mayo de Praga. En el 1946 es realizador del Teatro del 5 mayoo de Praga, en 1950 director técnico-artístico del Teatro Nacional, en el 1968 profesor de la Universidad de Praga, en el 1970 escenógrafo principal del Teatro Nacional, en el 1973 director artístico de Laterna Magika, grupo teatral que recoge la síntesis de la visión escenográfica de Svoboda, mezclando el lenguaje teatral con el cinematográfico y utilizando el movimiento cinético-arquitectónico en un código escenográfico que utiliza pantallas múltiples, telones de luz, espejos, láser y proyectores de cualquier género.A las responsabilidades directivas Svoboda siempre han acercado una intensa actividad de escenógrafo que también lo ha tenido ocupado en cine y televisión en célebres producciones a lado de directores del calibre de Václav Kašlík, Alfréd Radok, Milos Forman, Otomar Krejca, Giorgio Strehler, Henning Brockhaus.
Escena de Domingo de agosto, producción del 1959 del Teatro Nacional de Ostrava. La actividad de Svoboda queda desterrada a Checoslovaquia hasta el 1958.Desde entonces el régimen, en consideración de su fama, no puede impedirle colaborar más a menudo con las más importantes producciones teatrales por cualquier parte del mundo.«He conocido el teatro durante la segunda guerra mundial, cuando entre la gente del escenario y quién estaba en la sala se comunicaba con palabras de doble sentido y con gestos de la resistencia.Encontré entonces mi senda, dura y obstinada, que no he abandonado jamás. Como todos aquellos de mi generación, yo también he creído que, con la guerra concluida, habría sido posible construir un mundo mejor dónde sólo el arte libre habría reinado soberano.Y como la mayor parte de mi generación he vivido el desengaño y la desilusión; como la mayor parte de nosotros he saludado la revolución de noviembre de 1989 con alivio y con nueva esperanza.»Josef Svoboda, op.cit, pág. 12.
En los Años 60 Svoboda inicia una serie de colaboraciones con los mayores teatros italianos, que se prolongarán con constancia por casi cuatro décadas y darán origen a algunos de sus interpretaciones escenograficas más memorables sea de opera lírica que de prosa.En el 1987 es llamado a Milán por el Piccolo Teatro de Giorgio Strehler, por la mise-en-scène en coproducción con el Teatro alla Scala del díptico brechtiano de rara ejecución Quién dice sí, quién dice no, con la dirección de Lamberto Puggelli.
Acercado por la dirección técnica de Giorgio Cristini, Svoboda crea una escenografía muy seca, construida con pocos fondos arrugados de tela ASC320S - Sceno 320 cm, algunas escaleras de madera con travesaños, algunas proyecciones y luces cortantes que da vida a un espectáculo sobrio, centrado perfectamente sobre el texto de Bertolt Brecht y sobre las músicas de Kurt Weill.
En la foto, una escena de La dama del mar de Henrik Ibsen, instalación del 1991 del Piccolo Teatro con la dirección de Henning Brockhaus y los figurinos de Luisa Spinatelli.
La colaboración con el Piccolo Teatro de Milán culminará con el Piccolo Teatro, ''Faust, fragmentos'' parte primera, en el 1989, y parte segunda, 1990, entre las direcciones más notas de Giorgio Strehler.
«Yo fui - se comprende - muy curioso de encontrar a Giorgio Strehler, y estuve bien encantado cuando, en el 1989, por fin tuve esta ocasión.Se trata en efecto de uno de aquellos directores que dominan totalmente el arte del teatro, tan específicamente definido por los alemanes, con término intraducible, Gesammkunstwerk.»Josef Svoboda, op.cit..
«Soy un arquitecto y un escenógrafo, y la percepción intensa de mi tiempo es y siempre ha sido la base de mi trabajo.
Y como en su principio, también me parece ahora que el mundo y la humanidad se encuentren en una encrucijada: o la salvación o la ruina.
»

Palabras que remontan al 1992 pero que parecen escritas hoy, aquéllas que Josef Svoboda (Čáslav, Boemia, 1920 - Praga 2002), reconduce en la premisa de un texto su puesta fundamental por la comprensión de los recorridos de la escenografía del segundo Novecento, I segreti dello spazio teatrale / Los secretos del espacio teatral, (Ubulibri, 1997).
En la copiosa bibliografía que lo concierne no faltan las definiciones sintéticas de su personalidad.
He aquí la de Franco Quadri, crítico teatral y fundador de Ubulibri: «... un artista que tiene su máxima característica en conjugar lo absoluto con lo cotidiano y persigue la máxima cientificidad partiendo de una búsqueda artesanal.»
Una definición que a Svoboda, leyéndola en el prefacio de Los secretos del espacio teatral, no tiene que haber sentido.

Materiales utilizados en esta producción

Piccolo Teatro, ''Faust, fragmentos''

Teatro de prosa

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